Este es un libro que llegó a mis manos como un regalo que encontró mi madre en uno de los carros con libros en oferta en el Jumbo. No, no se rían, de repente se encuentran cosas interesantes en estos carros. Por desgracia este libro no es uno de ellos, por mucho que tenga una cita de Stephen King entrecomillada bajo el título: "Las Ruinas es un prolongado grito de horror."
Del texto sólo diré que no está separado en capítulos, seguramente con la intención de que el lector se sienta capturado y no abandone la lectura fruto de un supuesto ritmo trepidante que en la realidad me pareció más bien tedioso por lo lento y lineal. La acción transcurre en dos lugares, casi sin descripción uno de ellos y medianamente descrito el otro, lo suficiente para que el lector pueda construir los ambientes de una forma básica, que apenas sostiene la trama. El hecho que Las Ruinas se ambiente en México no tiene ninguna importancia, esto bien podría suceder en Miami o en París.
El hecho de que la mayor parte de la acción suceda siempre en la misma ubicación me pareció bastante aburrido, principalmente porque la trama de la novela es tan predecible que no tiene vueltas de tuerca ni tampoco sobresalto alguno. Desde que ocurre el primer hecho extraño el final se puede visualizar casi sin fallar en apuntarle a quién morirá primero y quién al final.
Tiene todos los ingredientes de una película de terror para adolescentes: el par de chicas guapas con sus respectivos novios; uno de ellos borracho, el otro heroico. Por el camino se les une el típico extranjero no gringo buena onda de un tono de piel más oscuro, quien será el primero en sufrir un percance trágico, que pondrá a prueba la entereza del resto del grupo y que también hará que todos muestren la hilacha debido a lo crítico de la sensación.El otro personaje no gringo es también el clásico personaje misterioso, que en el fondo es más de lo que se ve, y sin embargo muere tontamente.
En cierta parte hay un pueblo misterioso con habitantes misteriosos que al ver a nuestros protagonistas se comportan misteriosamente. Por el camino se acumulan las señales bastante obvias de "hay algo raro, no sigan adelante" que son sistemáticamente ignoradas por el desventurado grupo, y para completar la receta, en alguna parte de la novela hay también un sólo pecho descubierto y una chica desnuda, algo que no puede faltar en una historia con un target como este.
Veredicto: Si tienes más de quince y te gusta leer no la compres. Si tienes menos de quince, bájate la peli, consigue popcorn, una coca-cola fría y a verla con los amigotes. A pesar de lo que haya escrito Stephen King, Las Ruinas es un prolongado bostezo de aburrimiento.
Las Ruinas
Scott Smith
Colección La Trama
Ediciones B, 2007